sábado, 8 de enero de 2022

Confesiones de Una Doncella en Apuros - PROLOGO

 PROLOGO

Sin más por el momento, dejo que la vasta soledad se adentre hasta lo más profundo de mí ser. Siendo una mujer con bastante independencia, me parecía de lo más lógico; llegar a la determinada conclusión que así debían ser las cosas. Solo recuerdo estar sentada en una mesa que se encontraba afuera de mi tan recurrente Café en la esquina de Santo Tomas con Avenida Quintero #84. Esa mañana había pasado como cualquier otra mañana. Como siempre me había levantado temprano, me había duchado y me había arreglado, impecable. Me mire al espejo por 10 segundos y dije entre mí, estas bien.

Ahora estaba sentada ahí en la mesa, sola para variar, pero disfrutando de lo único disfrutable en mi vida por el momento que era un rico Café Macchiato de Vainilla y una buena lectura de mi Autor favorito.

De repente escuche, -"Disculpe Señorita, ¿le molestaría si tomo asiento aquí con usted?" Me quede viéndolo y mi reacción fue mirar a las otras 5 mesas vacías y lo único que pude hacer fue asentar con mi cabeza un sí.
    
Mientras que encontraba las reacciones correctas para poder enfrentarme a este extraño que completamente había invadido mi privacidad, me dijo suavemente, -"Disculpa el atrevimiento, no lo hubiera hecho pero la verdad es que tengo un mes que vengo a este Café y siempre te observo que vienes en las mañanas. Me llamo mucho la atención el libro que estás leyendo y decidí acercarme a platicar, mucho gusto, me llamo Mateo."

Obviamente lo único que cruzo mi mente fue que ese hombre frente a mi tenía un mes viniendo al Café y yo no lo había notado.
¡Qué distraída! ¿Cómo podía ser que no hubieras notado al guapísimo hombre que tenías enfrente? No, No, No.
"Oh, no hay problema, la verdad no te había visto, igual mucho gusto, me llamo Carolina. Y dime, ¿en qué manera te llamo la atención el libro que estoy leyendo?”, le pregunte.-“El Autor de tu libro fue mi Padre.” Me contesto con una sonrisa llena de orgullo que ilumino su rostro. ¡Wow! Esto sí que era una revelación para mí, aparte de guapo, su padre era mi Autor favorito. Yo creo estaba soñando porque no podía creer este momento. Rápidamente pensé en lo que le iba a decir, quería que supiera lo maravilloso que era su Padre como Autor pero no quería verme sobre exaltada así que escogí mis palabras muy bien y le dije: -“Que sorpresa en verdad, tu Padre es uno de los mejores escritores que conozco. He leído la mayoría de sus libros y este en particular es mi favorito. Aprovecho el tiempo que estoy aquí para leer un poco.”, le conteste. Muy bien Carolina vas bien, sigue así. -“Si, mi padre fue un excelente escritor y me dejo tan marcado que decidí seguir sus pasos y ahora vengo aquí para inspirarme un poco en lo que será mi próxima novela.”, me replico al verme a los ojos.

De repente, sentí tanta curiosidad de saber de él. ¿Quién era este hombre tan misterioso? Quería preguntarle tantas cosas, pero al ver mi reloj de reojo me di cuenta que iba a llegar tarde a trabajar, y concluí nuestra pequeña conversación y con un aire de desesperanza le dije: -“Me encantaría saber más acerca de tu padre y tu novela, pero creo que voy tarde a mi trabajo. Si me disculpas tengo que retirarme.” Muy bien Carolina, eso suena coherente. -“Si, claro, lo siento, no quise entretenerte. A mí me encantaría platicarte respecto a mi nueva novela, a parte, no estaría mal recibir la opinión de una mujer que sabe de lectura.” Sentí el calor subirse a mi mejillas y en ese instante supe que estaban rojas como tomates y sonreí avergonzada. –“¿Te parece si mañana nos vemos aquí?” Su atrevimiento me tomo por sorpresa pero algo en esa invitación me alegro porque definitivamente quería continuar hablando con él. -“Claro, ¿Por qué no?” Trate de sonar lo más casual posible pero estoy segura que se dio cuenta de mi nerviosismo y aun así el no dejo de sonreír. Dios mío Carolina, ¿Qué estás haciendo? ¿Acaso estás loca? ¿Cómo crees que vas a reunirte con un completo extraño a hablar de lo que más te apasiona? Suspire. Vaya Carolina, creo que ahora si lo hiciste, solo por favor no lo eches a perder con tu drama.
         
Y con ese último pensamiento me aleje al horizonte pensando en la nueva aventura que estaba a punto de emprender y sonreí.

Paola 2014©

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